En la década de los ochenta, Ángel Jové empezó a colaborar muy asiduamente con Anagrama como portadista, en especial para las colecciones «Panorama de narrativas», «Narrativas hispánicas» y «Compactos». Y en cierta manera fue el «retratista de cámara» de la editorial.Si bien es cierto que Jorge Herralde decidió no poner obstáculos a la «pulsión sádica» 02014;tan certera por otra parte02014; de Jové, se optó mayoritariamente por un tipo de imagen acogedora, que no provocara rechazo. «En estos casos utilizamos una contraseña: 0201C;Esta vez una portada lustrosa, Ángel, please0201D;. [02026;] Lustrosas o no, Ángel se ha inventado muchísimas ilustraciones excepcionales», rememora Herralde en el libro-tributo Las portadas de Ángel Jové (1999).En 1992, para la edición en «Compactos» de Catedral, Jové escogió la lustrosa ilustración aquí reproducida, que sustituyó la imagen del hotel Shelton de la ciudad de Nueva York, usada en 1986 en la edición de «Panorama de narrativas».