Un autor de culto, un hallazgo decisivo para cualquier amante de las paradojas y la ironía. Taurus recupera Breviario de podredumbre, primer libro que Cioran escribió en francés y uno de los textos más representativos de su obra. Entre la resignación y la rabia, es un libro con propiedades tonificantes. Mientras que su repercusión inicial se limitó a un pequeño círculo de críticos, pronto pasó a convertirse en libro de culto y, finalmente, en uno de los más citados. «Expresión, reflexión, ironía: aquí está la obra de E. M. Cioran. [...] Pensador ahistórico, espléndidamente aislado, sin escuela ni progenie, la figura de E. M. Cioran aparece con creciente frecuencia en el mar de los sargazos de la cultura contemporánea: se repiten sus aforismos, para dar peso sentencioso a artículos periodísticos con pretensiones de sublimidad (peligro máximo de Cioran: lo fácil y brillantemente que se le puede citar). [...] Es miembro de la "sombra" de la filosofía oficial francesa de nuestros días; hacia esta sombra se van volviendo muchos ojos, fatigados del relumbrón de tantos alamares y charreteras.»
Fernando SavaterLa crítica ha dicho...
«Cioran es un escritor literalmente insustituible: cuando uno se aficiona a su tono, no consiente reemplazarlo por ningún paliativo.»
Fernando Savater, El País «A su discreta manera, Emil Cioran se ha convertido en un clásico de culto cuyo gusto por el aforismo y lo fragmentario -que muchas veces le ha granjeado fama de inconsciente, de falto de un sistema de pensamiento sólido- son seña de modernidad. [...] Pocos como Cioran son capaces de alentar la reflexión y la duda, algo necesario en esta época de ruido y derivas intrascendentes.»
Héctor J. Porto, La Voz de Galicia «Cioran es el filósofo de la segunda mitad del siglo XX más heterodoxo y original y apasionado, más desgarrador y poético e independiente.»
Toni Montesinos, La Razón «Cioran fue un ogro exquisito y adorable.»
Rafael Narbona, El Cultural«Las contradicciones de Cioran, lejos de invalidar su obra, más bien revelan la fuerza y la belleza de esta.»
Éric Chevillard, Le Monde