Este clásico de la crítica social, que no ha perdido ni un ápice de su vigencia y que fue reivindicado a finales del siglo xx por el ambiente situacionista, es prácticamente desconocido en nuestra lengua; hasta donde nosotros sabemos, se encontraba inédito en España, aunque ha sido editado recientemente en Costa Rica.
Traducido por Diego Luis Sanromán, es para nosotros un gusto inmenso darlo a imprenta.