Luis Cernuda (Sevilla, 1902-Ciudad de México, 1963) está considerado como uno de los poetas más imprescindible de la Generación del 27, fi gura estelar en la poesía contemporánea
y una de sus voces más atractivas. Su influencia entre los poetas de las últimas generaciones es considerable y de ascenso incesante. Ya desde sus primeros poemas demostró su rechazo y hostilidad con la sociedad, con los valores establecidos, y contra cualquier tipo de represiones y prohibiciones. Su disconformidad le encaminó a oponerse con cierto radicalismo en contra de la hipocresía y de la ausencia de sensibilidad, en busca de un paraíso perdido en el que prevalecieran el amor y la belleza, la poesía y la libertad sexual, una realidad alejada de aquel mundanal ruido y un deseo solo alcanzable en los sueños. Contra esa sociedad burguesa escribe violentos ataques mientras busca una armonía espiritual que no alcanza, basada en los mitos, y sobre todo en el Amor y la Belleza. Provisto de un gran talento versificador y de una originalidad asombrosa. Para esta edición definitiva de la Poesía completa de Luis Cernuda hemos seguido la establecida por Derek Harris y Luis Maristany, con la ayuda de Ángel Yanguas Cernuda, con algunas modificaciones y adiciones.
La obra de Cernuda es una exploración de sí mismo; una orgullosa afirmación, al fi n de cuentas no desprovista de humildad de su irreductible diferencia. Él mismo lo dijo: “Yo solo he tratado, como todo hombre, de hallar mi verdad, la mía, que no será la mejor ni peor que la de otros sino solo diferente”. La obra de Cernuda es un camino hacia nosotros mismos. En esto radica su valor moral. Pues aparte de ser un alto poeta —o, más bien: por serlo—, Cernuda es uno de los poquísimos moralistas que ha dado España, en el sentido en que Nietzsche es el gran moralista de la Europa moderna y, como él decía, “su primer psicólogo”.
La poesía de Cernuda es una crítica de nuestros valores y creencias; en ella destrucción y creación son inseparables, pues aquello que afirma implica la disolución de lo que la sociedad tiene por justo, sagrado o inmutable. Como la de Pessoa, su obra es una subversión y su fecundidad espiritual consiste, precisamente, en que pone a prueba los sistemas de la moral colectiva. Su hostilidad ante el cristianismo no es menor que su repugnancia ante las utopías políticas».
Octavio Paz
«La poesía de Cernuda, tanto en verso como en prosa, documenta el proceso difícil y paulatino que conduce al descubrimiento de que lo que da validez a la vida no son los ideales que se buscan sino la experiencia confl ictiva provocada por los sucesivos fracasos de aquellos ideales. La búsqueda del acorde místico, en todas sus manifestaciones variadas, lleva al poeta a un acontecimiento cada vez más profundo de sí mismo, al conocimiento de la verdad del hombre interior, y a la decisión de guardar fidelidad a este».
Derek Harris.