El golpe militar del verano de 1936 condujo a una terrible Guerra Civil (1936-1939), que llevó consigo una brutal represión por parte de los sublevados. Fue en ese contexto de guerra y primeros años de posguerra donde las protagonistas de esta obra sufrieron la angustiosa idea de ser fusiladas en cumplimiento de una sentencia con pena de muerte. Sentencia impuesta tras pasar por un Consejo de Guerra en el que fueron acusadas de cometer delito de rebelión militar durante la contienda. Pero, al contrario que muchas otras mujeres, que, en efecto, fueron fusiladas, aquellas vieron conmutada la pena capital por treinta años de prisión.