Este pequeño arte ofrece un pensamiento fresco, feroz y afinado sobre la lectura, la escritura y la convivencia con las obras de otros.Tomando su propia experiencia de traducir las notas de las conferencias de Roland Barthes como punto de partida, Kate Briggs entrelaza varias historias para ofrecernos este retrato de la traducción literaria como una actividad intensamente relacional. Entre otras, narra la historia de las traducciones de Thomas Mann de Helen Lowe-Porter y su difamación póstuma, escribe sobre la relación amorosa entre André Gide y su traductora Dorothy Bussy o recuerda cómo Robinson Crusoe construyó laboriosamente una mesa, para él por primera vez, en una isla no tan desierta. Con Este pequeño arte, un relato bellamente estratificado de una experiencia de traducción subjetiva, Briggs emerge como una escritora verdaderamente notable: distintiva, sabia, franca, divertida y absolutamente original.