Ralph es un genio incontinente. En todos los sentidos, menos el verbal, porque Ralph se niega a hablar. Aunque todavía es un bebé, lee los libros más complejos de cualquier materia y escribe, además de su propia historia, alucinantes y alucinatorias reflexiones sobre el lenguaje. y todo lo demás. El thriller disparatado que es la narración de sus sucesivos secuestros se entrevera con diálogos, citas, fórmulas, canciones o poemas, a cada cual más desconcertante. Vamos topándonos en el viaje accidentado de Ralph con excéntricos y alocados personajes cuyas intenciones iremos desvelando con el pequeño protagonista. Todo ello forma un jeroglífico hilarante con el que el genio que también es Percival Everett reta a nuestra inteligencia y los límites del humor a través del lenguaje.