Usted conoce a María Luisa, aunque quizá no sepa que se llama así. Se ha cruzado con ella en la escalera, o la ha visto en la cola de un supermercado o en la sala de espera de un centro de salud. O en transporte público, porque María Luisa va en transporte público. El momento más emocionante de su semana tiene lugar cada jueves por la tarde, cuando se reúne a merendar con su amiga Angelines. Pero todo cambia cuando uno de esos jueves, al volver a casa, el portero le aconseja que añada algunos nombres en el buzón, pues hay cacos en el barrio y es mejor que no sepan que vive sola. Entonces, María Luisa empieza a vivir una gran aventura.
Una obra divertida y emocionante sobre la vejez, la soledad, la imaginación y las ganas de bailar.