La deriva digital da paso a nuevas formas de diálogo expresivo, lo cual modifica supuestos que parecían inamovibles, como el diseño de imágenes en la industria cultural. La comunicación virtual viene marcada por la rapidez, el desenfreno, las realidades líquidas, la obsesión comercial y el marcaje ideológico. Todo ha evolucionado, de modo que pensamos teniendo en cuenta los factores que determinan el espacio online. Actualmente diseñamos elementos gráficos para Internet, sin preocuparnos por imprimir o distribuir en papel. Difundimos en redes, y la nueva efervescencia creativa se transmite a través de pantallas. Nuestras lecturas se desarrollan en función de datos, aunque perduran esquemas de la tradición impresa. La portada es la puerta, la entrada, la barrera, el portón que da paso al interior, el modo inicial de acceder al contenido. El universo digital se adapta a las necesidades, ya que tanto las cabeceras de videojuegos como las cortinillas audiovisuales son portadas. Este libro se centra en el diseño de portadas como instrumento de comunicación, valorando su capacidad expresiva y su potencial educativo, presentando argumentos desde el arte, las tecnologías, la imagen, la creatividad, la educación artística y la cultura visual.