Don Quijote define Barcelona como «archivo de la cortesía, albergue de los estranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades y en sitio y en belleza, única». Ditirambos que indican un profundo amor a la ciudad mediterránea o una fina ironia del caballero manchego sobre la ciudad. No olvidemos que el libro de Miguel de Cervantes está plagado de exageraciones, invenciones y sueños, donde los molinos son gigantes y los odres de vino peligrosos enemigos.