"La gente seguía recibiendo heridas de bala y muriendo, como siempre, aunque no siempre por ese orden". En un mundo que cambia a la velocidad de un juego de realidad virtual, un simple policía de a pie debe lidiar con todas las formas de violencia imaginables que produce una sociedad entregada a los excesos más variados: robots de reparto que se enfrentan a peatones, proveedores de drogas y drones ejecutores de presuntos terroristas. ¿Hay espacio para las emociones humanas en un universo tan tóxico# que se parece demasiado al nuestro? Un policía capaz de empatizar con estas circunstancias ¿no se convertirá en un peligro para el funcionamiento del sistema? A medio camino entre el relato de género y la distopía urbana, Street Cop sitúa la condición humana en el centro de una investigación policial insólita.