Cuando en 2001 el VIH le infectó el cerebro, el coleccionista de arte Han Nefkens desarrolló afasia. De un día para otro olvidó cómo hablar, cómo comer, cómo beber o cómo caminar? El suyo fue un viaje a un país extraño, fuera del tiempo y la memoria, sumido en un presente eterno,
suspendido más allá del pasado y del futuro, un lugar del que pudo regresar, sin embargo. Las emotivas páginas de estes libro, viñetas llenas de sensibilidad, melancolía y, a menudo, también de un humor vitalista, dan cuenta de ese difícil camino de vuelta a casa: «Solo cuando pueda explicar con palabras por qué soy otro, volveré a ser el mismo».