Bajo la apariencia de dos historias de amores contrariados, Roma muestra el conflicto de identidades subyacente en el México actual. Centrada al inicio de los años 1970, la película enlaza magistralmente los destinos individuales que resuenan desde la tradición del cine mexicano con la opresión y el abismo social entre potentados y miserables, gobernantes y gobernados, para mostrarnos que la herencia colonial generadora de grandes fricciones sigue viva y latente hoy en día. Así, Alfonso Cuarón reconstruye con pasión minuciosa no solo una época sino un episodio infame de la historia de México: la matanza de estudiantes de 1971, orquestada por el poder represivo del presidente en turno. Pero con una nota final de Amor (Roma) y de concordia. Un hito en la Historia del cine mexicano. El libro revela las estrechas conexiones con el neorrealismo italiano, e incluso, insospechadamente, con el realismo mágico. Explora asimismo el territorio de la infancia y de la paternidad al estilo mexicano, haciendo resaltar el mismo esquema de abandono e irresponsabilidad en dos clases sociales opuestas. Por último, la obra no