En una acepción un tanto indeterminada, casi siempre coincide con lo angustiante en general. Sin embargo, podemos suponer que el uso del término específico ?lo siniestro? sirve para denotar un núcleo particular de lo angustiante: un sentido esencial y propio que permite discernir, en lo angustioso, algo que además es siniestro. E. T. A. Hoffmann es, en la literatura, el maestro sin par de lo siniestro, cuyas características nos ayudará a identificar gracias a su cuento del arenero: "Ese hombre malo que viene a ver a los niños cuando no quieren dormir, les arroja puñados de arena a los ojos, haciéndolos saltar ensangrentados de sus órbitas