Los haikus de las moscas muertas no son más que un ensayo, un pequeño ejercicio lúdico, pero con un marcado carácter nihilista y punk. No, el punk no está muerto. Las moscas, con su mórbida apetencia por lo apestoso, nos vienen a decir que no hay futuro, y si finalmente lo hay, no va a durar demasiado, como mucho hasta finales de verano, ahí acaba la vida de una mosca. Toma de los haikus un poco de la forma, mucho de la brevedad, pero sobre todo pretende tomar el espíritu y la mirada, a pesar de todo, de sorpresa, un poco del aware nipón.