Una historia precursora de la novela de investigación judicial que presenta a los lectores un hecho real ocurrido en el Milán de 1630. Todo comienza con una denuncia interpuesta en un clima de histerismo provocado por una epidemia de peste, tras la que son detenidas varias personas acusadas de ser «untadores», es decir, supuestos individuos que restregaban por edificios y puertas de la ciudad un ungüento destinado a extender la peste entre la población. El resultado de dicha denuncia fue un extenso proceso que desembocó en la condena de los imputados a una ristra de torturas despiadadas tales como ser heridos con
hierros candentes, enrodados durante horas, degollados o quemados vivos. Para que quedase constancia de esa sentencia ejemplar entre los ciudadanos, la casa del fabricante del ungüento fue destruida y en ese mismo lugar fue erigida una columna, llamada infame, y una lápida como recordatorio del hecho y la justicia ejercida.