La del músico fue siempre una profesión compleja por estos lares. Lo fue para el que firma este volumen, quien contra todo pronóstico ha vivido de un género musical tan denostado como el rock durante más de treinta años. Bendita cabezonería la suya. Lo es, por desgracia, en la actualidad porque comer de la música en este mundo postpandémico es un sueño inalcanzable para el común de los mortales. Maldita la gracia. Una profesión además de alto riesgo pues detrás del escenario, a la salida del estudio o vete a saber en qué parada del trayecto hacia el proximo bolo se esconden contratiempos y vicisitudes inimaginables. Un sugestivo y delirante carrusel del absurdo como el que reflejan estas páginas. No en vano, además de acompañar al bajo a Rosendo mercado durante más de tres décadas, Rafa J. Vegas ha ejercido como productor musical, músico de estudio e integrante de varios proyectos musicales. Esta es la historia de aquellos años. Incluye fotografías en color del archivo personal del autor y prólogos de Julien Hernández -siniestro total- y Jesús cintora. «Para todo ello, si Rosendo mercado no va a la montaña, la montaña va a Rafa. O mejor dicho: si a Rosendo no le sale de los cojones escribir la crónica de todos estos años —lo que no es de extrapolar páná—, aparece Rafa J. Vegas con leggins de raso, peluca, maquillaje blanco y una larga pluma de cuervo normando, con su papel y su tintero, para acometer a la luz de las velas la apasionante tarea e iluminar nuestras vividas e infantiles mentes de roqueritos iletrados.» Julián Hernández «por eso, es justo valorar que detrás de todas esas canciones, a hombros de todos esos conciertos, hay personas. Músicos y grandes equipos. Con relaciones variopintas. Como suele ocurrir en la fauna humana. Momentos mejores, peores y regulares. Historias aparentemente divertidas, calvarios para sacar adelante el Curro. En definitiva, vidas. A menudo, muy poco contadas.» Jesús cintora