Los enormes cambios culturales acaecidos en torno a 1968 fueron parte de una revolución mucho más amplia y trascendental. Aquello que Jean Fourastié denominó revolución invisible: al mismo tiempo demográfica, económica, tecnológica y, por supuesto, social. Lo verdaderamente extraordinario es que, a pesar de la amplitud y profundidad de unos cambios que tienen difícil paralelo en la historia, la revolución de la segunda mitad del siglo xx en Occidente será considerada, ante todo y sobre todo, como una revolución cultural. Esto es, como un cambio en las costumbres, en las sensibilidades, en los comportamientos y mentalidades, que hacen que la cultura –hasta entonces relegada a mera ilustración de los hechos– ocupe después un lugar protagónico en el escenario de la historia. Esta obra plantea algunos de los presupuestos, manifestaciones y contradicciones de una explosión cultural y una revolución invisible que definirán el mundo actual.