En Polonia, y también en España, los asuntos de familia no son cuestión de Estado. Los poderes legislativos se han olvidado de que existen padres que no pagan manutención de sus hijos, de que si se necesitan cuidados especiales, que requieren tiempo y dinero, de que las madres solteras no pueden trabajar y cuidar de sus hijos si las condiciones laborales son precarias. Se exige responsabilidad, que no se vulneren sus derechos laborales y que el feminismo entienda que no hay nada malo en ser madre