Es De hombres y dioses mucho más que una antología de poesía antigua. Además de ser bilingüe, su editor, Fernando García Romero, ofrece un panorama de la lírica arcaica tanto general como particular: se analizan sus rasgos generales, pero también los distintos periodos y autores.
Asombra comprobar que, contra la concepción romántica (y gran parte de la concepción actual), hay poesía, y poesía de la buena, sin que necesariamente tenga que consistir en la expresión subjetiva, íntima o sentimental de las pasiones del poeta.
En este caso, el poeta no quiere ser testigo de sus sentimientos, sino de los cambios que sacuden su entorno, la consolidación de las ciudades-estado, la sucesión de tiranías, la amenaza que representa el imperio persa, etc. El poeta es testigo de estos cambios, e incluso su protagonista, y no hace otra cosa que ponerlos en palabra, lo que le convierte en el ámbito privado del sympósion, o bien en el ámbito público de la fiesta, en político, en actor de la historia.