Noviembre (2000), reunidos en esta Trilogía del dolor. Con estos tres títulos fundamentales, Mella se dio a conocer y sacudió la conciencia de su país, alcanzando traducciones y ediciones en el exterior, gracias a un realismo sucio propio de aquellos años que avanza hacia un sentimiento más profundo y revelador. El misterio que rodea a los protagonistas de estas tres novelas parte del miedo y la soledad, situaciones en apariencia estables que habrán de complicarse porque ésta es la naturaleza del dolor. Un joven vinculado como alumno y profesor al mundo académico que por momentos es ejemplar y por momentos deviene un hombre frío, capaz de dar pie a su lado más oscuro; otro hombre que recurre a la violencia y la crueldad tras una larga postración; un padre divorciado que no consigue explicar qué le pasó a su hija. En las tres historias Mella maneja fuertes construcciones mentales que, unidas a su prosa limpia y seca, hacen de esta trilogía una sutil experiencia del horror. La crítica ha dicho: «Es tanta la asfixia narrada que nadie con dos dedos de sensibilidad puede quedar impune»