Chomsky expone y argumenta una idea que en otras de sus obras no aparece fundada con la misma claridad: trasladar la apuesta de Pascal a principio conductor de la idea de progreso: «Yo no diría que "creo firmemente en el progreso". Prefiero la modificación de la apuesta de Pascal a la cual se refiere nuestro debate: si abandonamos la esperanza y nos resignamos a la pasividad, nos aseguramos de que, ciertamente, sucederá lo peor; si conservamos la esperanza y trabajamos duro para que sus promesas se materialicen, la situación puede mejorar». Ésa es la verdadera ocasión que tenemos para ejercer nuestra libertad, y a la vez una invitación a actuar política y socialmente que nos brinde la posibilidad de «no perder la esperanza ni resignarnos a la pasividad».