EL HOMBRE COMO ARGUMENTO, propone un itinerario a través de la bilbioteca canónica de la Antropología filosófica, entendida como aquella disciplina que ha instituido el argumento del ser del hombre en el seno del concierto filosófico. Su punto de partida son las tres grandes preguntas kantianas, en el momento en que éstas se dejan reducir a una cuarta (¿qué es el hombre?), con sus prolongaciones más relevantes desde el punto de vista antropológico, las lecciones de Heidegger y el proyecto de una antropología de las formas simbólicas por parte de Cassirer.