John Carpenter, es uno de los grandes referentes del cine de terror, sobre todo a raíz de haber filmado la transcendental La noche de Halloween ( Halloween , 1978), filme de bajo presupuesto que cambió el subgénero protagonizado por asesinos en serie. Pero, este director americano entró en la industria con la intención de imitar a Howard Hawks o John Ford, de los cuales recogió lo mejor de sus recursos técnicos para presentar su propio estilo, un talante único y propio que lo ha servido para enfocar cualquier género como si fuese una película del Oeste. Enfrentando de forma constante con los grandes estudios, el maestro representa la figura del outsider que ha sabido exprimir escasos recursos para sacar adelante proyectos que necesitaba de un gran presupuesto, haciendo del minimalismo artístico una virtud.