La Orestea es la historia de una partida sin retorno. Por Helena, la belleza sin medida de la hija de Zeus, toda Grecia se embarcará en una guerra de consecuencias tan funestas para los vencidos como para los vencedores: para Agamenón, el atroz sacrificio de su hija Ifigenia; para Casandra, vuelta de Troya como cautiva de guerra, ser degollada a las puertas de un palacio convertido en matadero; para la flota aquea, en fin, el naufragio total. Pero el último golpe no ha caído: Clitemnestra matará a su marido en venganza por el sacrificio de su hija menor; por este crimen, su hijo Orestes asesinará a su vez a su propia madre; las Erinias reclamarán entonces su sangre por el parricidio? Toda esta ruina no procede de la mala suerte, sino de un acto de transgresión. ¿Continuará la venganza de sangre o se resolverá en el tribunal de la pólis