Pese a lo breve de su vida, Takuboku Ishikawa (1886-1912) es considerado uno de los poetas japoneses fundamentales del siglo xx. Abandonando los temas tradicionales de las wakas o tankas, incorporó a su poesía los diversos sentimientos de la vida diaria en un lenguaje llano y coloquial, con la inspiración original propia del hombre moderno. En este sentido, las tankas de Takuboku pueden considerarse revolucionarias.
El poeta mostró siempre simpatía hacia los oprimidos. A lo largo de su difícil vida cuestionó la injusticia y los sistemas legales, políticos y económicos y se preocupó especialmente por los códigos referentes a las relaciones patriarcales y jerárquicas japonesas.
En mayo de 1905 publicó su primer libro de poemas, Akogare (Anhelo) con el apoyo financiero de sus amigos de la escuela secundaria, y ese mismo mes se casó con Setsuko Horiai, de quien estaba prendado desde sus días estudiantiles. A finales de 1906 nació su hija Kyoko.
En 1908 tuvo uno de esos periodos creativos que se dan sólo en unos pocos portentos. Inspirado, compuso por lo menos 246 tankas en 50 horas, desde las primeras horas de la mañana del 24 de junio hasta las 2 de la madrugada del 26.
En 1909 escribió su Diario en roomaji, es decir, en japonés transcrito con letras romanas u occidentales, que sólo él podía leer, en el que se escudriñó a sí mismo así como al mundo circundante con total sinceridad, practicando una especie de vivisección. Antes de morir, el poeta prometió dejar sus diarios a un amigo, pidiéndole: ?Si crees que no son buenos, quémalos.? Su esposa, poco antes de su muerte, se los dio a su cuñado, diciendo: ?Mi marido me dijo que los quemara, pero mi cariño hacia ellos me ha impedido hacerlo después de todo.?
En octubre del año siguiente les nació un hijo, que murió el mismo mes. Precisamente el día del nacimiento de su hijo, la editorial Toundoo pagó a Takuboku veinte yenes por su segundo volumen de poemas, Ichiaku no suna (Un puñado de arena) publicado en diciembre de 1910, suma que Takuboku dedicó en su totalidad a pagar el entierro de su hijo.
Algunos de los momentos de máxima tensión en la vida de Takuboku aparecen reflejados en las tankas de Tristes juguetes (Kanashiki gangu), escritas en el último año y medio de su vida y publicadas por sus amigos póstumamente.
Takuboku sucumbió a la tuberculosis el 13 de abril de 1912, un mes después de su madre, que falleció de la misma enfermedad, al igual que su esposa, el 5 de mayo de 1913.