Sin dudas, este es el libro que convierte a Levé en un escritor con todas las letras, un libro destinado a perdurar. "Nos hallamos ante una novela inclasificable que te deja la cabeza en una dimensión donde lo especulado, lo deseado y lo temido parecen conformar una única naturaleza, casi un único destino. La vida y la obra de Levé espantan por su simetría, su limpieza, su redondez y su crueldad de samurái. Desde Mishima no se conocía un empeño tan definitivo en hacer de la vida y la muerte una experiencia tan acoplada a la obra como las dos mitades de un lenguado o las dos caras de Jano". Jesús Ferrero, Babelia, El País