Diarios, en plural, porqué hay más de uno, además de este volumen que el lector tiene en la mano. Viaje, en singular, porqué los relatos pertenecen al mismo recorrido vital por la geografía, la historia y las historias particulares de cada lugar visitado. Las escapadas literarias no son más que descripciones de las localidades que han tenido o tienen un atractivo peculiar para los escritores o como escenarios de sus narraciones, empezando por el viaje interminable de Ulises desde su Ítaca natal, hasta llegar a una mañana de otoño en la que Georges Perec trató de agotar una plaza parisina, pasando por las visiones de Proust, Verne, Joyce, Pessoa y otros, de las localidades más significativas de sus respectivas obras.