Y, DE REPENTE, una noticia que anticipaba un cambio en los modos y costumbres. Aunque todavía quedasen por delante unos cuantos partidos, había un cierto aire de nostalgia y de despedida. Tocaba mudarse. Siempre cuesta abandonar la casa habitual y hacerse al entorno de un nuevo hábitat. ¿A dónde? Cerca del río Manzanares. Allá en la zona sur de la ciudad, donde acababa Madrid, o casi. Entonces, todo eran huertas. Luego, a su vera, trazaron una carretera que se hizo muy popular.