En febrero de 1968, Romain Gary vive en Beverly Hills, donde se acaba de reunir con su mujer, Jean Seberg, que está rodando allí una película. El día 17, encuentra un perro en la calle que le observaba 'con la cabeza ligeramente ladeada y esa mirada intensa y fija del animal perdido que acecha al transeúnte con una esperanza angustiada e insoportable'. Gary decide llevar el perro a casa y todo va de maravilla hasta que el animal tiene una reacción violenta con uno de los visitantes de la casa mientras que con el resto se comporta siempre de forma amistosa. Cuando al cabo de unos días la violencia se produce por segunda vez, Gary cae en la cuenta de que el perro sólo ataca a las personas de raza negra. Decide entonces reeducarlo con el objetivo de que trate a blancos y negros por igual. La lucha contra la segregación racial estaba en ese momento en su apogeo en Estados Unidos. Sólo dos meses después, en abril de 1968, Martin Luther King era asesinado en Memphis. La novela se convierte así en un alegato contra la segregación por razones de raza, género u opinión, y en una fábula sobre los prejuicios y la violencia irracionales. Algo que hoy, cincuenta años después, sigue desgraciadamente presente en nuestras sociedades.