En Estambul, a orillas del Bósforo, los palacios abandonados testimonian el antiguo refinamiento del Imperio otomano. En una de esas espléndidas construcciones, vacía ya y con sus ventanas desnudas expuestas al oleaje, una muchacha pasa las horas en silencio. Su abuela, depositaria de los valores de antaño y consciente de la inquebrantable fortaleza de las mujeres, vela por ella en todo momento. Cuando el tiempo pase y la niña se convierta en adulta, será amada por un hombre y deseada por otro, henchidos los dos de un vacuo amor viril que no alcanza a rozar la esencia de aquella a quien tanto anhelan poseer. ¿Pero dónde estaban ellos ayer, el marido y el amante, cuando un viento helado atravesaba como un cuchillo cada jornada? ¿Y dónde estarán cuando llegue el incierto mañana?
Las sombras del palacio (1958), redactado durante el exilio europeo de su autora -quien, junto a Halide Edib Adivar, fue la escritora turca más importante del siglo XX-, es una penetrante novela cuya protagonista, inmersa en un convulso periodo de renovación histórica, es capaz de elegir con valentía su propio destino más allá de tutelas y ataduras.