La historia de la señora Sa de Kim Manjung y La vida de la reina
Injyon son el anverso y el reverso de la misma moneda. En su
segunda y última novela, el célebre literato coreano ?disfraza a sus
personajes?, debido a la censura de la época, pero en realidad lo
que está haciendo es una crítica velada al emperador tras sufrir un
destierro en el que moriría a los pocos años.
Antes de narrar La historia de la señora Sa, Kim Manjung,
había escrito El sueño de las nueve nubes (publicada en español
por Hiperión en 2006), considerada la primera novela moderna de
Corea, y que es recomendable leer con anterioridad para ver el
enorme cambio que se produce en su estilo. En El sueño de las
nueve nubes encontramos a un Kim Manjung radiante, mágico,
genial. Un intelectual de altos vuelos que nos hace soñar y deleitarnos
con una prosa llena de optimismo, gracia, belleza y musicalidad.
En La historia de la señora Sa su pluma ya está quebrada,
como su vida, y es más difícil de percibir el genio creador que rebosa
El sueño de las nueve nubes. El autor apenas tiene fuerzas para
bosquejar el esquema de una tragedia que termina rápidamente en
un final feliz, que contrasta con el infierno que vivía en el destierro.
La vida de la Reina Injyon se enmarca dentro de la corriente
denominada ?literatura de palacio?con la que se alude a obras escritas
generalmente por damas de la corte que eran testigos directos
de todo lo que ocurría en torno al monarca. Son relatos que no solamente
reflejan el alma de la aristocracia femenina de la época (siglo
XVII), sino que también son un documento histórico de la omnipotencia
y las veleidades de los reyes que se consideraban a sí mismos
el centro del universo.