SI tuviera que decir lo que le falta a este libro de Loreto Sesma (Zaragoza, 1996), esta contraportada estaría vacía, porque lo cierto es que sus versos lo tienen todo: belleza, ironía, misterio, lucidez, originalidad, una embriagadora combinación de sabiduría y juventud, una voz en la que se mezclan de forma hipnótica la arrogancia y la melancolía... Sus poemas, casi siempre envueltos en un aroma de romanticismo y pérdida, conmueven del modo en que sólo puede hacerlo un drama contado con una sonrisa, que es a lo que suenan a menudo. Llegará lejos, porque lo demuestra esta obra, que es un gran paso adelante en su carrera, y porque tiene lo que hace falta para estar entre los mejores: sabe ver lo que está escondido y sabe verlo donde no había mirado nadie. No escribe para adornarse, sino para desenterrar un tesoro. Las joyas, se las
van a repartir sus lectores. BENJAMÍN PRADO