El texto de esta edición revisada ofrece un giro radical sobre el paradero de los fugados muertos en el operativo de persecución, frente a las generalizadas creencias en que han estado envueltos. Se incluye el mapa de su localización y, en algunos casos, su exhumación e identificación.
También detalla el papel del relegado colectivo anarquista en el fuerte, protagonista de dos fallidas evasiones a finales de julio y octubre de 1936, y su presencia en el plan de fuga de 1938, entre otras novedades.
La fuga del fuerte de San Cristóbal en el monte Ezkaba, en mayo de 1938, ofrece la fascinación de los acontecimientos épicos, y ocupó las portadas de la prensa internacional antes de caer en el olvido y en un interesado ocultamiento. Suscitó más reseñas en el New York Times que en la prensa local durante cuarenta años.
A la censura le siguió la mala conciencia. Nadie podía sentirse orgulloso de la barbarie desatada: 206 ejecutados en los montes, más 14 fusilados en agosto, en la Ciudadela de Pamplona, a los que sumar los 46 fugados que, capturados, fallecerían en el fuerte hasta 1943.
Las vidas de sus protagonistas no debieran caer en el olvido. Conocerlas nos hace mejores.