Según Wyn Kelley, «Agatha es el texto más fascinante que Melville jamás escribió, puede que sea una de las historias más interesantes que jamás escribió Hawthorne, y la historia más extraordinaria que Melville y Hawthorne jamás escribieron juntos».
Que la historia de Agatha, basada en un caso real, caló en Melville, lo prueba el hecho de que, nada más tener noticia de ella, enseguida organizó los materiales de una posible trama. Así se lo comunicó a su amigo Nathaniel Hawthorne, a quien, en una serie de cartas, invitó a componer los pedazos, ya ordenados, de una novela por escribir. Hawthorne respondió gracias, pero no. Y la historia de Agatha nos ha llegado en un estado embrionario, tal como Melville la ideó en aquellas célebres cartas. De aquel esqueleto, pues, nace este libro.
La historia de Agatha sirve ahora a Sara Mesa y a Pablo Martín Sánchez para urdir dos versiones de una misma fábula y dar respuesta a la pregunta: ¿cómo escribirías hoy una historia esbozada a mediados del siglo XIX?
Sara Mesa es autora de los libros de cuentos No es fácil ser verde (Everest), La sobriedad del galápago (Diputación de Badajoz) y Mala letra (Anagrama), y de las novelas El trepanador de cerebros (Tropo), Un incendio invisible, Cuatro por cuatro (finalista del Premio Herralde) y Cicatriz (premio Ojo Crítico de RNE), las tres en Anagrama. Su obra ha sido traducida en Francia, Italia, Estados Unidos y Holanda.
Pablo Martín Sánchez ha publicado el libro de relatos Fricciones (EDA Libros) y las novelas El anarquista que se llamaba como yo (mejor ópera prima 2012 para El Cultural) y Tuyo es el mañana, ambas en Acantilado. Parte de su obra ha sido traducida al francés, inglés, neerlandés y checo. En 2014 fue cooptado por el Oulipo (Ouvroir de Littérature Potentielle), convirtiéndose en el único miembro español del grupo.