Barcelona, 1949. La dictadura franquista gobierna España con puño de hierro no precisamente envuelto en guante de seda. Pero los tiroteos y los atentados son habituales en la ciudad, escenario de una sorda guerra sucia entre la policía política y la guerrilla urbana anarquista. El cadáver de una muchacha ha aparecido flotando en el Mediterráneo, y se habla de unos misteriosos submarinos de la Alemania nazi que llevan años en el dique seco. Periodista todoterreno en un periódico oficialista, César Maristany de joven era muy guapo, tan guapo como Errol Flynn. En 1949 ni es tan guapo ni es tan joven. Desertor de dos ejércitos, ha llevado una existencia turbulenta y convive con una fea cicatriz en el mentón izquierdo. Por no hablar de su secreta adicción a la morfina...