José García acaba de actualizar su perfil profesional en la red, mientras Esther, su pareja, interrumpe la lectura en la tableta para enviar un mensaje de móvil a la abuela y recordarle que la esperan a cenar. Sus dos hijos acaban de dejar la videoconsola para ver una serie en el ordenador.
Los García podrían ser nuestra propia familia, una familia que incorpora recursos y aplicaciones de la cultura digital y que aprende a compartir de otro modo experiencias, conocimientos y emociones.