Nuestra época se encuentra mal equipada para lidiar con un tema tan crucial como la muerte, en especial cuando se presenta de manera cercana. La muerte permanece como un tabú pavoroso, y son pocas las personas dispuestas a asimilarla de una manera acorde con su carácter inevitable. Las consecuencias de un duelo no procesado pueden durar el resto de la vida. En este libro Kraus aborda el fallecimiento de Helen, su madre, con una asombrosa mezcla de la precisión de la mirada médica, combinada con la sensibilidad literaria. El resultado es una lúcida reflexión con la distancia necesaria para poder elaborar sobre un tema tan doloroso, mediante una mirada entrañable que comprende que en ocasiones el mayor acto de amor hacia los seres queridos consiste en conseguir desprendernos de ellos.