No hace mucho tiempo, en medio de un extraño temporal de frío que hace aparecer la nieve allí donde nunca cuajó un copo, Juan el escribiente, un hombre dotado para la escritura tanto como para la inapetencia, recibe un intempestivo recado para reencontrarse con su antiguo amigo Simón, al que recuerda como un hombre brillante pero postrado por una enfermedad en la sangre, y al que encuentra demacrado y preso de una extraña afección. En principio, Simón le pide que escriba sus memorias al dictado, donde saldrá a relucir el origen de su unión, tan casual como intemporal, con Sophie, una extraña criatura a la que, una vez tocados por ella, nadie puede olvidar. Desde ese momento, entre la memoria y el presente, tiene lugar una sucesión de extraordinarios hechos donde se mezclan los experimentos genéticos, el sexo, la sangre y la muerte. Aquel extraño encargo se acrecienta cuando Simón le pide a Juan que ponga fin a una situación tan anormal como lógica, fin a una eterna historia de amor. Escrita con una profunda agilidad, que imprime a cada rápido gesto y a cada encuentro furtivo sus dosis de más allá, Simón y Sophie contiene una hermosa historia de amor, tan rápida como intensa, pues la inmortalidad imprime una extraña y paradójica velocidad, y todo el mundo sabe que los vampiros son inmortales.