Sobre las virtudes del diálogo todos están de acuerdo, aunque son pocos los que se muestran dispuestos a dialogar en situaciones de conflicto. Gracias a él somos capaces de construir relaciones y llegar a entendernos. Pero ¿es posible solucionar los conflictos recurriendo solo al diálogo?, ¿hasta qué punto dos interlocutores que defienden posturas antagónicas pueden alcanzar acuerdos conversando? La falta de diálogo se antoja como una de las causas principales por las que conflictos que en un principio podrían parecer insignificantes acaban convirtiéndose en disputas de dimensiones desproporcionadas, en las que la fuerza se invoca como ultima ratio. Aquellos en cuyas manos habría de estar la solución del enfrentamiento ?sean instituciones, grupos o individuos? se enrocan y son incapaces de poner fin a situaciones que, en muchas ocasiones, afectan al conjunto de la sociedad. Esta pragmática del diálogo, que se inscribe dentro de la filosofía práctica desde una perspectiva interdisciplinar e intercultural, trata sobre los usos y modalidades del diálogo en la resolución de conflictos: las posibilidades de diálogo entre adversarios, las posibilidades de negociación entre las partes enfrentadas, la importancia de la conversación como medio para conseguir un acuerdo y el carácter formativo del diálogo y la conversación.