Prólogo de Philippe Pelletier. ¿Qué puede aportarnos, en 3015, la reedición de un libro sobre la ciencia escrito hace un siglo por un teórico anarquista como Piotr Kropotkin (1842-1931)? ¿No habrá evolucionado considerablemente la ciencia desde entonces? ¿No se habrán escrito innumerables textos sobre el tema que sean perti nentes y de actualidad? En paralelo, habiendo cambiado el mundo profundamente ¿en qué sería susceptible de ayudarnos un tratado centenario? Y finalmente, ¿el anarquismo no sería socialmente muy débil para influir sobre el desarrollo del mundo? ¿Y esta debilidad no tendrá por causa, por lo menos en parte, una deficiencia teórica, cuando además esta estaría encarnada por las ideas de un Kropotkin considerado por algunos como un cientifista y un utópico superado? Dicho de otro modo, podemos preguntamos si el pensamiento de Piotr Kropotkin 151;y en particular en relación a la ciencia151; no sería incapaz de darnos pistas para poder reflexionar y actuar en nuestra época. Yendo aún más lejos, no se derivaría de esto la idea de que el anarquismo,tal como se constituyó en la época de Kropotkin, a finales del XIX y principios del XX, debería ser objeto de un serio rescate teórico, metodológico y práctico entre los propios libertarios