La Piazza Vittorio de Roma es una gran torre de Babel. Sus vecinos, llegados de todas partes, sobrellevan mal que bien su condición de parias. Al refugiado Parviz lo echan de todos los restaurantes en los que trabaja como lavaplatos; la cuidadora gorda María Cristina ahoga su soledad en brazos de cualquier desconocido e Iqb al el bengalí decide llamar a su hijo Roberto, tratando de buscarle un mejor destino que el suyo. Solo Amedeo, un italiano misterioso y «más bueno que el zumo de mango», consigue darles algo de consuelo a todos. Hasta que un día desaparece. El día que Lorenzo Manfredini, el Gladiador, es asesinado en el ascensor. Una tragicomedia coral sobre la vida de los nadie; una aguda reflexión sobre la multiculturalidad y sobre las brechas que esta abre en nuestras sociedades.