Mafia, escándalo, matrimonio, deudas, rutina y pasión se entremezclan en esta fantasía arrabalaica de amor súbito y muros derribados. A través de esta comedia «abracadabrante y bufa», Fernando Arrabal nos acerca a la intimidad cotidiana de una pareja nada convencional, con costumbres algo exóticas y secretos inesperados. Mi idolatrada violadora, en palabras del propio Arrabal, «es un homenaje a Aristófanes, Feydeau, Alfred Jarry, Jardiel Poncela y mis compañeros del teatro de vanguardia».
Ningún acontecimiento de los aquí narrados tiene nada que ver con hechos reales, y toda coincidencia con la actualidad es pura serendipia.