Este libro explora la fascinante cuestión de cómo Hollywood fue creado principalmente por un notable grupo de hombres que encajan en una demarcación demográfica muy pequeña y concreta: inmigrantes judíos europeos, la mayoría de ellos pobres, la mayoría de ellos del lado este de Manhattan, ninguno de ellos practicante del judaísmo, la mayoría de ellos procedentes de familias con figuras paternas débiles. Pero juntos se mudaron a una ciudad casi completamente protestante y crearon la el modo más exitoso de entretenimiento popular en Estados Unidos, la presentación de una versión idealizada de la vida americana para una nación en una constante búsqueda de nuevos mitos nacionales. Lo más fascinante de este libro es la brecha entre el mundo mítico que se les presentan y su propia realidad.