Aunque reducido a " Las firmezas de Isabela " , a los dos actos de " El doctor Carlino " y al corto fragmento atribuido de la " Comedia venatoria " , el teatro de Góngora abarca, con sus casi seis mil versos, una parte considerable de la obra del autor y constituye un ejemplo singular de perfecta inserción del culteranismo en el género dramático. Desde las primeras escenas, estos textos se muestran como no habituales y el enfoque, siempre distinto, atestigua además una pretendida voluntad de experimentar, transfigurar el deseo de llevar las tablas géneros literarios diferentes. Confirmando su deseo de dirigirse a un público seleccionado, Góngora propone una renovación del arte dramático que eleva su lenguaje y respeta los dictámenes clásicos sin renunciar al dinamismo, los equívocos, engaños, celos, traiciones amorosas, etc.