Desde su terraza, Samuel observa el trajín cotidiano como quien está de vuelta sin haber llegado a nada. Él es una persona que no se compromete con nada ni con nadie. Una madrugada, alguien le anuncia por teléfono que Clara ha muerto en un accidente. Aunque Samuel no conoce a ninguna Clara, decide asistir a su funeral, empujado por una mezcla de curiosidad y aburrimiento. Fascinado por la posibilidad de suplantar a la persona con la que lo confunden Samuel se inventa una relación con Clara para Carina, la hermana de ésta, y entra en un juego del que va perdiendo poco a poco el control; al poco tiempo no tiene nada claro si el amor que está inventando lo va a salvar o a acabar de hundirlo. Una novela que combina la intriga del thriller con la inmediatez del reportaje. Narrada en primera persona, a través de una voz cercana, inquisitiva e irónica, el protagonista va desvelando las imposturas del amor y al mismo tiempo su absoluta necesidad.