Muchas tardes, después de un rato de pesca, "el abuelo me llevaba a su casa". Allí el joven narrador de esta historia comprenderá, mucho mejor que frente al mar, lo que significa ser un pez herido por la "crueldad sin retorno" del anzuelo.Pero recordará también que todos los peces "grandes o pequeños, con potente dentadura o sin ella" luchan hasta el último momento para no ser pescados. Con un estilo firme y transparente, como un sedal, "El arte de la pesca" nos arrastra a través de esa lucha decisiva.