T. E. Lawrence se ganó el sobrenombre «de Arabia» liderando a las tribus árabes en su lucha contra el dominio turco. Aquel triunfo lo convertía en un mito viviente.
Finalizada la guerra, y desencantado tras el reparto aliado de Oriente Próximo, T. E. renunció a su grado de coronel del ejército y se ocultó como soldado raso en las filas de la Real Fuerza Aérea; corría el año 1922, había escrito un libro y compraba su primera moto, a la que llamó Boanerges: la Hija del Trueno. Mudaba así de piel, y comenzaba una nueva vida en la que la literatura y las motocicletas cimentaban su existencia.
Su relación con las motos, con altas personalidades y grandes literatos, la gestación de Los siete pilares de la sabiduría en sus varias versiones, sus lecturas, sus temores y anhelos, constituyen el grueso de estas cartas escritas entre 1922 y 1935, año en que fallecía víctima de su pasión por la velocidad.