En El aprendiz de zapatero, Tolstoi nos narra de su propia observación directa, como ya hizo en La muerte de Ivan Ilitch o Las memorias de un loco, como Semel, un zapatero que malvivía con su mujer y sus hijos decide ir a cobrar unos rublos que le debían, sin mucho éxito. De regreso a su aldea, se encontró a un hombre joven desnudo completamente, quien había sido "castigado por Dios", Mikhail, y en un acto de bondad y caridad, se lo llevó a su casa. A partir de este momento, la vida de Semel da un giro y los acontecimientos que van sucediéndose con el paso de los años les hace comprender a quién habían vestido y alimentado y quién era aquel que vivía con ellos.
Viven los hombres no porque piensen en sí mismos, sino porque el amor alienta en el corazón de los hombres.
Sabrás lo que hay en los hombres, lo que no es dado al hombre y lo que vivifica a los hombres.
Dios no quiere que el hombre viva solo, y que por este motivo oculta a cada cual aquello que necesita. Quiere que cada cual viva para los demás, y por eso a cada uno revela lo que es útil a un tiempo a sí mismo y a los demás.