Una pequeña ciudad junto al mar. Una mujer. Un hombre. La mitad de la vida. Las decisiones pasadas y las presentes.
Desde la primera vez que leí 65% agua, sus personajes se quedaron conmigo, acompañándome en mi vida cotidiana, no sólo como recuerdos de una lectura gozosa, sino como personajes que me permiten pensar en las decisiones que tomo -que tomamos- en nuestra vida cotidiana. Esas decisiones familiares, laborales, militantes, afectivas, sexuales que todxs debemos tomar, esas encrucijadas que van definiendo nuestra trayectoria ética como una suma de pequeñas opciones.
65% agua no pretende entretenernos sino incomodarnos, atravesarnos por los itinerarios de personajes que podríamos ser nosotrxs. Personajes cuyas encrucijadas se ubican en una sociedad patriarcal y capitalista: ¿quién cuida? ¿Quién tiene tiempo propio? ¿Qué caracteriza nuestras vidas afectivas, desde el punto de vista de Elisa y desde el punto de vista de Andrés? Isabel Alba pone en práctica con su relato, constantemente, la idea de que lo personal es político.
Eduardo Romero